Cuenta la leyenda que en una combi, el que se sentaba detrás del conductor era muy afortunado. Así que para contrarestar esa fortuna, el conductor puso un botiquín precariamente colgado sobre su cabeza.
Y si algún día se sentase ahí alguien indigno de esa fortuna, le caerá el botiquín en la cabeza...
Ahora en serio, es un milagro que todavía no le haya caído a alguien. Denle un vistazo en movimiento AQUÍ
No hay comentarios:
Publicar un comentario