lunes, 4 de octubre de 2010

la BEST Televisión de Pago…

Que Cable Mágico, ni Telmex TV, ni DirecTV, Imagenio, ni nada de eso… el mejor es… THE BEST

scan100

domingo, 3 de octubre de 2010

Me paso a Claro (y no puedo recibir SMS)

Mi teléfono móvil es prepago. Aún le tengo un poco de repelús a las facturas, eso de que llegan cada mes a quitarte la tranquilidad como que suena… erróneo. En fin, el caso es que como soy un descuidado, es bastante común quedarme sin saldo en el teléfono justo en el momento que necesito hacer una llamada importante; nada grave, solo hay que ir al puesto de recarga más cercano y esperar…
Y esperar, y esperar… hasta que uno se desespera y es ahí que me doy cuenta que mi hermano no tiene ninguno de esos problemas. ¿La diferencia? Sólo una: mi celular es de Movistar, el de mi hermano es de Claro.

lunes, 3 de mayo de 2010

Con el apagón, que cosas suceden...

La última telenovela de Televisa no se emitió en su canal y no fue protagonizada por ninguno de sus actores de costumbre. Pasó a través de Internet y se llamó...
#TelevisaTieneMiedo
Ahora, hablando en serio, no voy a negar que el caso ha sido para sentarse a verlo con un balde de palomitas de maíz a la mano. Han habido más respuestas emocionales que racionales y el resultado final se asemejaba más a una fiesta con piñata -a ver quién la rompe, quien le pega más duro- que me imagino habrá tenido a los ejecutivos de los canales de la competencia muy, muy felices de ver que machacan a sus rivales.

jueves, 25 de marzo de 2010

Asesino sobre Ruedas

Casi puedo imaginarme el origen de esta escena:

- Director: Muy bien, aquí es cuando viene con tu auto y atropellas a la chica…
- Actor: Oiga… pero no tenemos auto, y no hay presupuesto.
- Director: Ah, pues… Entonces… ¡Con esto!
- Actor: Oiga… que no sé manejar…
- Director: ¡Vaya, vaya nomás! ¡Luces, Cámara… Acción!





(Ver en otra ventana)

miércoles, 24 de febrero de 2010

Esos interesantes primeros minutos

En la industria del entretenimiento se suele decir que un producto es tan bueno como sus primeros 5 minutos. De ahí que toda película o serie de TV intente colocar sus mejores imágenes lo más cerca posible del inicio. La existencia de los "openings" en el anime son una consecuencia de este principio. Es la forma de poner las mejores secuencias visuales y la mejor música, juntas, al inicio.

Obviamente, no todos los artistas están de acuerdo. Algunos incluso consideran esta práctica un juego sucio. Y quizá en algunos casos es así, pero no voy a hablar de eso.

La pregunta clave aquí es ¿Qué hay que hacer en esos primeros minutos? Quizá la respuesta instintiva sea "¡Algo impresionante, alucinante apantallante...!" pero para propósitos de análisis vamos a tratar de reducir eso a un término específico: Tenemos que hacer algo interesante.

Se trata de que el espectador se sienta interesado en la historia que le vamos a mostrar, o en los personajes. Una vez que tenemos el interés del espectador, podemos incluso hacerle esperar un poco y se quedará con nosotros, porque le interesa.

lunes, 15 de febrero de 2010

Sonohana en inglés.

Traducción disponible en: http://sonohanabira.countpacula.com/

athome

"Sono Hanabira ni Kuchizuke wo" es una novela visual yuri de la cual la mayoría de gente no ha oído hablar, pero si eres al menos aficionado al anime, es muy probable que tengas al menos una imagen de esta entre tu colección. Y aunque no seas aficionado, probablemente te has topado con alguna imagen de sonohana como ilustración o como la parodia que ves arriba.

Más info: Neolegends Anime Video

domingo, 17 de enero de 2010

2010 - Nueva Odisea (parte 2)

ACTUALIZACIÓN: Varios videos ya no pueden verse fuera de Japón, por motivos de copyrights. Ahí tienen una más para quejarse.

Gracias a KonekoSensei (Via Twitter) me entero que Nippon Animation ha colocado en su canal oficial de Youtube, los primeros episodios de varias de sus series clásicas. La mayoría de estas series ya han llegado traducidas a la TV, o por fansubs. Incluida esta:

Mahoujin Guru Guru

sábado, 16 de enero de 2010

2010 – Nueva Odisea

Aún recuerdo cuando me convertí en un fan de la animación japonesa y los videojuegos. No uso las palabras “otaku” ni “gamer” porque en es época nadie las usaba. No existían. De hecho, a mis ocho años tampoco conocía el origen de esas series que tanto me gustaban, lo único que sabía era que salían en la TV de tanto en tanto, y que se reconocían fácilmente por su estilo de dibujo y porque tenían “algo” que daba ganas de seguirlas viendo. Y como siempre he sido curioso, llegó el momento en me pregunté de qué se trataba ese “algo.” Así empezó mi investigación.

En esa época no había Internet. ¡Qué fácil hubiera sido! Así que esto iba a ser una labor metodológica –bueno, tanto como lo permite el cerebro de un niño- El primer paso era saber quiénes hacían el trabajo. Porque obviamente los dibujos no se animaban por arte de magia. Un día, por alguna extraña razón, al terminar una de mis series favoritas, la TV no quiso –como acostumbraba- venderme juguetes, sino que salieron varias letras, música, e imágenes de la serie. Ya se imaginarán mi sorpresa al darme cuenta de qué se trataba. Memoricé los nombres que pude, y… ya luego pensaría en algo, no sabía qué más hacer, pero al menos tenía una pista.

En la escuela: mala suerte. Absolutamente nadie sabía de qué estaba hablando, y peor aún, nadie entendía esa diferencia que encontraba yo entre “esos dibujos animados” y “estos otros dibujos animados.” Por suerte no olvidé completamente mi “investigación” porque el siguiente paso no lo tuve que dar. Me empujaron.

Los videojuegos llegaron con fuerza. Era la época del SNES, pero aquí era la primera consola que se vendía oficialmente. Mas bien, la fama hizo que las casas comerciales se interesaran en las consolas anteriores, que ahora se volvían más baratas. Luego de ir a varios videoclubes (que ahora alquilaban videojuegos también) y probar varios juegos, me decidí por mi primera consola: el legendario NES. Era más económico y el catálogo de juegos era inmenso comparado con el del SNES (Que de todos modos, podía rentar en el VideoClub)

Y entonces me di cuenta que ese “algo” que tenían esas series que me gustaban –incluido el estilo de dibujo y música- también estaba presente en varios videojuegos. Decidí que eso no podía ser coincidencia, y en las siguiente visitas el VideoClub empecé a hacer preguntas. Esta vez hubo mejor suerte, pero la respuesta fue casi devastadora: Japón.

Recuerden: Nada de Internet.

Sin embargo no todo estaba perdido. Así como empezaron a hacerse populares los videojuegos, empezaron a llegar las revistas especializadas. Primero Club Nintendo, luego (¡Desde España! Mira que dar vueltas al mundo…) la Super Juegos. Ambas venían cargadas de guías y trucos, pero de vez en cuando traían reportajes sobre la parte técnica y artística en los videojuegos. Visitas a los estudios (¡Con fotos!) y por supuesto, las convenciones, los festivales… Y luego de aproximadamente 60 páginas, todo acababa y había que esperar el siguiente mes.

Una de esas revistas publicaba una sección dedicada a los “juegos que nunca veremos.” Juegos cancelados, desastres comerciales, lanzamientos para consolas muy exóticas (era la época) y cosas así. Un día que se suponía que nunca iba a olvidar, hojeando la revista, al llegar a esa sección… no me hizo falta leer el reportaje para entender lo que ocurría, las imágenes realmente valían mil palabras, y habían muchas imágenes. Fue mi primer amor en 2D, se llamaba Mayu, y su existencia se me antojó doblemente trágica: Ese juego nunca iba a salir de Japón.

Por ese entonces ya me acercaba a los 14 años, y aunque el artículo en la revista lo explicaba muy bien, fueron las imágenes del juego y mi propia experiencia los que encajaron todas las piezas. Es que de toda la gente que conocía –y vaya que casi vivía en el videoclub en ese entonces- el único que hubiera jugado eso era yo. Tan simple como eso: Nadie se toma el trabajo de traducir un juego de dos discos, para un público extremadamente pequeño. Fuera de Japón no tiene valor comercial. Pasada la desilusión vino la conclusión: Si un juego así es “tipo anime” significa que sólo he encontrado la punta del iceberg, debe haber más producciones de ese tipo…

No voy a alargar más la historia. Poco tiempo después llegó la Internet. Había que alquilarla por horas, generalmente para obtener información para las tareas de la escuela o la universidad. Yo llevaba diskettes, guardaba toda la información para leer luego en casa. Luego usaba el tiempo para buscar cosas relacionadas al anime. A partir de ahí las cosas han cambiado mucho.

Lo que no ocurrió en años, ocurrió en meses. Las televisoras empezaron a parecer anticuadas, pasando series de al menos 5 años de antigüedad; mientras la lista de estrenos recientes estaba disponible en la red. Las ilustraciones oficiales llegaban casi al instante (scans de revistas, etc.) y la música, y los mangas. Al poco tiempo los videos promocionales, y de ahí episodios enteros. Los otakus –ahora ya teníamos nombre- vivimos nuestra propia guerra de formatos: Real Media, WMV, Indeo… Hasta que apareció DivX y se convirtió en el “estandar.” Hasta que mucho tiempo después llegara el Xvid y ahora el h264. Pasamos de cargar diskettes, a CDs en blanco, y por último a Memorias USB. A partir de aquí, si estas leyendo esto, es porque ya sabes lo que sigue: lo estás viviendo.

Y así como nosotros, que somos algo así como “el público” de esta industria de entretenimiento que es el anime, hemos ido cambiando, evolucionando, y cada vez pidiendo cosas nuevas; la industria, que siempre ha sido y será un negocio, también ha ido cambiando para poder satisfacer nuestras exigencias. Primero sólo importaba la opinión del público local, los japoneses, porque al fin y al cabo eran los mayores compradores. Actualmente hay producciones que desde que empiezan tienen planeada la licencia internacional.

La misma palabra “otaku” es un ejemplo de esta evolución. Originalmente un término despectivo, un insulto. Al llegar a occidente, tomó un significado más afectuoso, y por último, ha terminado convirtiéndose en algo popular. Ahora los otakus lo decimos con orgullo. Y ese nuevo significado está incluso regresando como boomerang (o mas bien como karma) hacia Japón otra vez (Muy lentamente, pero ahí va.)

Hemos pasado de ser extraños a ser otakus y luego a ser populares, porque cuando los estudios de animación del mundo entero quieren imitar el estilo, es que se ha convertido en una moda, y si estás a la moda, eres popular. Y tienes que cargar con toda la responsabilidad que eso conlleva.

Cuando tu hobby no es popular, eres parte de una especie de élite, un grupo cerrado donde sólo llegan unos pocos; y si llegan es porque han recorrido todo el camino que he relatado: sorprenderse, investigar, descubrir, esforzarse, conseguir… Es como una iniciación, un ritual que hay que seguir para pertenecer a la secta. Cuando tu hobby es popular se pierde ese misticismo, los fans llegan a montones sin saber en qué se meten, sólo han visto la superficie, y quizá hasta la han visto mal, pero es la moda y hay que seguirla. Y como nadie quiere perder un buen negocio, ahí van los ofrecimientos y hasta producciones dirigidas a los nuevos clientes. Y aquí es donde estamos actualmente.

La industria cambiando y experimentando para atraer a este nuevo público. Nuevos fans que llegan atraídos por la moda pero al llegar encuentran muchas cosas que no entienden. Y se quejan; Los antiguos fans que ahora nos vemos rodeados de novatos y muchas veces no los entendemos (ni ellos a nosotros) ¡Bien dicen que nadie sabe lo que realmente quiere! Tanto tiempo luchando para que reconozcan y admiren lo que nos gusta, y de repente el mundo se da vueltas, el anime empieza a volverse popular, ¿Y nos quejamos de que ya no es lo mismo? Es muy fácil culpar a los estudios de animación, pero la verdad es que somos responsables de una buena parte de este proceso.

Eran “dibujos chinos” hasta que nosotros explicamos que eran japoneses; Nadie los entendía hasta que nosotros les pusimos subtítulos; Nadie habría visto esos videos en su computadora si nosotros no hubiésemos instalado los codecs; Eran considerados pornografía hasta que nosotros obligamos a mucha gente a verlos; Dijeron que eran satánicos y nosotros hicimos desde panfletos hasta documentales demostrando lo contrario; ¿Muy violentos para los niños? ¡Nosotros señalamos el error de las televisoras, al creer que toda animación era para niños!; Nosotros pedimos ver más anime en la TV; Nosotros hicimos páginas web, foros, clubes, proyecciones; Nosotros insistimos que anime es cultura, a gritos, hasta que nos escucharon.

Y cuando al fin escucharon, pensé que todos celebraríamos, y luego a descansar, celebrando la misión cumplida. Vaya que me equivoqué.

Qué lo voy a hacer, supongo que soy un anticuado. El trabajo del hombre otaku no termina nunca.

sábado, 2 de enero de 2010

2009

Un año que se va, lamentablemente, dejando amenazas y temores. Problemas que definitivamente no se van a resolver solos, y nos exigen pensar rápido y actuar adecuadamente. Sin embargo, tengo que reconocer que han pasado cosas buenas:

Aprendí que se puede decir mucho con sólo 140 caracteres, otras veces las palabras sobran, o simplemente no son suficientes para explicar.

Emprendí un viaje… inusual. Lleno de maravillas. Y de paso me detuve en un asteroide, por un trabajo de minería.

A pesar de las amenazas a la libertad de expresión, me da gusto ver que la novela visual tiene más fuerza que nunca, entrando a competir internacionalmente de una manera francamente inesperada. Además, los esfuerzos de los fans han ganado una nueva dimensión. Cada vez más los trabajos doujinshi (autofinanciados o independientes) son tomados en serio, creando una sensación de frescura y sobre todo de cambio, que es no sólo esperado sino inminente. Y muy emocionante.

Viví la Golden Week más aburrida de la historia. Me encantó, y no me arrepiento un sólo segundo gastado en ella. Sólo me queda esa extraña sensación de haber vivido lo mismo antes. Ya les hablaré luego de ello con más detalle.

He desarrollado una extraña fobia a los engrapadores. Y me dan ganas de buscar caracoles (que por alguna razón, suenan parecido a Kagami-sama)

Decidí aventurarme a saltar al otro lado de la pantalla… y vaya que es difícil, pero es que dan tantas ganas de volver a hacerlo… mejor no digo más.

¡Una secta trató de controlarnos a todos usando mensajes subliminales! Por suerte pude desenmascararlos de inmediato, y gracias a un grupo de valientes guerreros el mundo puede respirar tranquilo sabiendo que está a salvo. Sin embargo, la exposición a ese himno, hizo que finalmente cayera en el lado oscuro de la Internet.

En fin, es lo que recuerdo. Seguramente se me olvidan muchas cosas más, pero nunca he tenido buena memoria. Mas bien, es hora de empezar a pensar en todas esas promesas que nos está haciendo este recién llegado 2010 y seguir adelante.

Per aspera, ad astra. (Traducido: “Aunque está dura, es mantequilla” –creo… )

Feliz Año Nuevo 2010.