La Feria del Empleo

Ayer me preguntaron si había asistido a la "Feria del Empleo."

No contesté nada, esperando que mi interlocutor termine el chiste. La sola combinación de palabras en la frase "Feria del Empleo" se me antojaba graciosa y por supuesto, suponía que era el preludio a un chascarrillo graciosísimo, pero el remate nunca llegó, y tuve que aguantar la risa con una mueca extraña en la cara, acostumbrándome a la idea de que me estaban hablando completamente en serio.

- "Toma, date prisa, lleva tu currículum..."

Y diciendo esto, me entregó un panfleto publicitario del asunto. Se podía leer "Semana del Trabajo - del 28 al 29 de Febrero." Lo primero que noté es que el asunto perdía la gracia, no había ninguna "feria" ¿Por qué se habría equivocado así mi amigo? lo segundo fue que era la semana más corta que me haya tocado vivir, sólo duraba dos días. Y si se les ocurre repetirla el año que viene va a durar sólo un día. Así de rápido pasa el tiempo, ha de ser culpa del CERN y sus neutrinos.

¡Y era el último día! ¿Cómo es que no me había enterado de este asunto? Es cierto que no soy la persona más sociable en esta ciudad; y que si bien ando desempleado, no soy muy buen buscador de empleo, mas bien busco dinero... pero lo hago tan mal que lo que termino encontrando es empleo. Aún así, ¿Que se me pase desapercibido un evento tan importante? ¡Esto no se puede quedar así! tomé mis documentos y me fui a la dirección indicada.

Al menos no fue del todo mi culpa: al llegar había sólo una pequeña cola de personas en la entrada, lo que significa que no muchos se enteraron del evento. Entré a la fila y en poco tiempo me dieron algo que parecía un fotocheck, pero resultó der un llavero, y pude entrar.

Entonces entendí por qué mi amigo le había llamado feria:

¡Pase, mire, vea, hay de todo y para todos…!

Bienvenidos a la EXPO TELEVENTAS... ah no, lo siento, aquí no se venden cuchillos inoxidables, ni escobas que se limpian solas, ni la cura para el acné... pero es que cualquiera se confunde. El altavoz interrumpe la música para avisarnos que el Ministerio de Trabajo tiene un programa que busca capacitar y conseguir empleo a personas de 15 a 29 años. Acto seguido, más de la mitad de los asistentes, que a simple vista ya pasaron de los 30 años, se da media vuelta y se retira del lugar.

Ahora que hay menos gente puedo recorrer con calma el lugar. Todos los puestos pertenecen a institutos, academias, y creo que algunas universidades. Me distraigo demasiado leyendo los carteles publicitarios que me aseguran que conseguir empleo es fácil, sólo tengo que estudiar ahí... cuando salgo de mi distracción ya estoy rodeado...

Antes que pueda defenderme soy atacado por una lluvia de papeles de colores. Panfletos publicitarios con exactamente el mismo texto que los carteles, que lo que repiten en los altavoces, y lo que me dicen ahora, a la vez, cinco personas a mi alrededor, empujando sus papeles hacia mi. Siento ganas de cubrirme la cabeza con las manos, arrodillarme y gritar. Me siento como niño autista en medio de un festival.

Feria. Mi amigo tenía razón, el equivocado es el ministerio. Debí sospechar cuando le llamaron "semana" y sólo duraba dos días. Esto es una feria. Y están intentando venderme la cura milagrosa para el desempleo. A mitad de precio. Si llevo una me dan otra gratis para un amigo, y de paso participo en el sorteo de... bueno, de algo, no alcancé a escuchar pero estoy seguro que no era un Galaxy Tab.

Acto fallido en todos los sentidos. ¿Por qué siguen ofreciendo tanta capacitación? Si lo hubieran realizado en un sector de menores recursos económicos se toparían con que la gente efectivamente no está capacitada para conseguir un empleo, pero no es porque no quieran aprender, sino que no tienen como costearse una buena educación.

Pero ni siquiera eso: Se han montado la feria en pleno centro de Chiclayo, donde ofrecer capacitación es casi un insulto para los asistentes, muchos de ellos cargando unos especímenes muy gordos de Currículum Vitae (¿Han notado que cualquier frase de dos palabras en latín suena cómo "Género - Especie"?) en los que demuestran que están hasta el cuello de certificados y títulos. Y los que no tienen para pagar tanta hiper-capacitación, al menos tienen para pagar unas horas a la semana en Internet y aprender muchas, muchas cosas. Algunas que ni siquiera se enseñan formalmente en este país.

Hace tiempo, cuando quise entrar a la universidad, me enteré de la existencia de un grupo de seres llamados vulgarmente "Postulantes profesionales." (De esos no me sé el Género y Especie, búsquenlo en la wikipedia) Eran capaces de mirar una ecuación de tercer grado y responder inmediatamente "la respuesta es 2", pero no podían medir el área de su casa así sea un rectángulo perfecto. Resolvían de manera infalible las analogías de razonamiento verbal, extraían el tema central de un párrafo, pero no habían leído ni una sola novela, cuento, o obra de teatro en su vida, ni el periódico más allá de los titulares. Podían recitar de memoria todas las fechas importantes de la Revolución Francesa pero cuando ven las noticias en la televisión no se dan cuenta de la censura. Describían al detalle la estructura social del Tahuantinsuyo, pero no se daban cuenta de las desigualdades sociales en su propio barrio.
Sólo sabían resolver exámenes de admisión a la universidad. Como si los exámenes en si mismos fueran una ciencia. Un objeto de estudio.

Y hoy, he visto como también existen los "busca-trabajo profesionales." Que se saben ya de memoria cómo vestir, cómo hablar, qué responder a las preguntas "capciosas" de las entrevistas de trabajo, qué documentos llevar, qué detalles es mejor ocultar... Y lo peor de este asunto es que a todos nos parece normal, quizá porque no es algo nuevo. Hagan la prueba de preguntarle a sus padres, lo más seguro es que obtengan la misma respuesta que yo: "Si, pues, está mal, pero qué le vamos a hacer, siempre ha sido así, No podemos cambiarlo así que ¿Para qué preocuparse?"

¡Ah, y es que ahí está justamente la respuesta a los problemas de trabajo! Mejor volvamos a esa época en la que conseguir trabajadores era cosa de ir al mercado más cercano. "Esclavitud" le llamaban. Supongo que alguien en ese entonces preguntó si no habría una mejor forma de hacer las cosas, y le respondieron "No, siempre ha sido así, no podemos cambiarlo, ¿Para qué preocuparse?"

Ya me desvié demasiado del tema. Quizá luego de tanta queja estén pensando que salí de la dichosa feria decepcionado o deprimido, y que ahora diré que asistir fue una pérdida de tiempo. Les aseguro que no, nada más lejos de la realidad. Estoy feliz de haber asistido, y puedo demostrarles la razón:

Lástima que no quiso posar más cerca

¿Es bajita o... contrataron una colegiala?

¡Y es que por chiquillas así uno es capaz hasta de trabajar! ^_^